El Congreso Eucarístico Internacional reivindicó a la familia como medio para sanar las heridas del mundo como parte de un evento global que reunió a líderes católicos, religiosos y laicos en la capital de Ecuador.
“La familia es una dedicación, una caridad, una unidad que nos lleva al misterio eucarístico de Jesucristo”, dijo a The Associated Press el sacerdote jesuita y portavoz del Congreso Iván Lucero. Añadió que, como cuna de la hermandad, es un camino de curación para una “sociedad fracturada y profundamente herida”.
Preguntado si el principio de fraternidad se aplica a otras formas de familia, el sacerdote admitió que la Iglesia ha evitado abordar los problemas que enfrenta el catolicismo en el mundo, a pesar de las diferentes realidades.
“La iglesia debe ser fiel al evangelio” y a la tradición de la iglesia, pero también debe responder a los signos de los tiempos “siendo muy compasiva y benevolente”, dijo Lucero.
“El Papa tiene una postura más comprensiva y más cercana hacia este creciente número de parejas”, afirmó el portavoz, añadiendo que “al mismo tiempo, debemos asegurarnos de que la familia tradicional no desaparezca”.
Ecuador, con una población de 17 millones, ha cedido ante la demanda de los grupos de reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos. En 2022 se despenalizó el aborto en casos de violación, pero grupos feministas dicen que esto no es suficiente. Hace tres años se reconoció el matrimonio igualitario.
Monseñor Graziano Borgonovo, diputado del Dicasterio para la Evangelización, admitió en su discurso del jueves que la institución de la familia está “en crisis” ante los intentos de equiparar la unión entre un hombre y una mujer “con otras formas no equivalentes de convivencia”.
“La familia es el núcleo original, la célula a partir de la cual se pueden formar individuos maduros” y contribuye a la formación de una ciudadanía fraterna, donde hay consuelo para curar las heridas que trae la vida, – subrayó Borgonovo, “La fuerza es la sociedad, porque es un lugar cálido y seguro para los niños”.
El Papa Francisco, que se encuentra de gira por Asia y Oceanía como parte de una serie de conferencias, dijo en su mensaje de inauguración el domingo que la fraternidad es “una condición esencial para un mundo nuevo, un mundo más justo”.
“Hoy es imposible permanecer en nuestra isla feliz y aislarnos, todos participamos de una misma vida”, dijo el jueves el cardenal general del Vaticano Mauro Gambetti.
“Es necesaria una reforma interna para que nuestras relaciones exteriores no estén definidas por la violencia que nos rodea en el ámbito familiar y social, sino por el evangelio”, afirmó el lunes Rodrigo Guerra, secretario del Pontificio Consejo para América Latina.
Andrew Cossens, obispo de Crookston en Estados Unidos, afirmó el miércoles que “la Eucaristía quiere enseñarnos a transformar nuestro sufrimiento para comprender las heridas de la humanidad” y que eso es fraternidad.
Para Rosalía Arteaga, ex vicepresidenta de Ecuador, oradora la víspera del Congreso, es importante que la Iglesia ecuatoriana responda a la necesidad de “armonía y fraternidad” del mundo. También dijo a la AP que la clave para dar respuesta a los problemas familiares, que es la “piedra angular” de la sociedad, “no está en la visión patriarcal”, sino en comprender el papel de la relación entre padres e hijos en el mantenimiento de los valores.
Unas 4.000 personas, entre autoridades, obispos, sacerdotes, monjas y laicos de los cinco continentes, asistirán al encuentro cuatrienal, que finaliza el domingo.