Conocemos a un chef italiano al que le gustaría saber si pones la pasta bajo el agua una vez terminada de cocinar. Y si cree que agregar aceitunas al agua de la pasta evitará que los fideos se peguen, piénselo de nuevo.
Los estadounidenses comen alrededor de 20 libras del alimento básico italiano al año, lo que lo convierte en uno de los alimentos más consumidos por peso. Toda esa cocción de pasta ha inspirado algunas teorías interesantes sobre cómo hacerla mejor, más rápida y más fácil. Desafortunadamente, es posible que algunos de nuestros trucos de pasta favoritos no funcionen como pensamos o, peor aún, pongan en riesgo el producto terminado.
Interrogamos al chef Filippo de Marchi para descubrir si es prudente enjuagar la pasta y conocer otros errores que podríamos estar cometiendo al preparar la pasta. Restaurante y Terraza De Majo. Marchi menciona siete mitos o errores que pueden ayudarte a preparar penne, linguini o lasaña, pero que no tienen ningún beneficio o función real.
“Hacer pasta no es nada difícil. Todo es cuestión de tiempo y de la proporción adecuada de agua y pasta”, afirma. “No caigas en la trampa de creer en los mitos de la pasta. Simplemente confía en tus instintos y sigue las pautas básicas”.
Los siete errores más grandes con la pasta que todos cometemos y por qué deberíamos dejar de hacerlo, dice una persona.
1. Tirar pasta contra la pared para ver si se pega demuestra que está terminada
“No es la mejor manera de comprobar que está cocido”, dice de Marchi. “La textura de la pasta puede cambiar cuando golpea la pared y no indica si está bien cocida o no”.
En cambio, es mejor tomar un hilo y probarlo. Entonces notarás que ha alcanzado la textura perfecta al dente.
2. Agrega aceite de oliva al agua de la pasta.
El aceite de oliva es un complemento necesario para la mayoría de los platos de pasta, pero guárdelo para el plato.
Algunas personas piensan que agregarlo al agua hirviendo ayuda a evitar que la pasta se pegue, pero “el aceite simplemente flota sobre el agua y no cubre la pasta de manera efectiva”, dice de Marchi. “La mejor manera de evitar que se pegue es usar mucha agua, revolver la pasta regularmente durante los primeros minutos de cocción y asegurarse de usar una sartén del tamaño adecuado para la cantidad de pasta que estás cocinando.
“De esta manera, la pasta tiene suficiente espacio para moverse y cocinarse de manera uniforme”, añade.
3. La pasta fresca siempre es mejor que la seca
Recepción del chef: FALSO
Todo depende de las preferencias personales. Frescos, secos o congelados; Los chefs no están aquí para decirte lo que le gusta y lo que no le gusta a tu paladar.
“La pasta fresca tiene una textura más suave y se cocina rápidamente, lo que es perfecta para salsas delicadas”, afirma el chef. “La pasta seca, por otro lado, tiene una textura más firme y aguanta bien con salsas abundantes o espesas”.
De Marchi lo compara con elegir entre dos grandes actores para un papel en una película. “La elección depende del personaje que retratan”, dice, “así como la elección entre pasta fresca y seca depende del plato que estás preparando”.
4. Dejar el recipiente cerrado mientras se prepara la pasta.
“Dejar la tapa de la olla puesta mientras se cocina la pasta es la mejor manera de hacerlo”, aconseja de Marchi. “Esto evita que el agua se desborde y ayuda a controlar el proceso de cocción. También permite que escape el vapor, lo que ayuda a prevenir burbujas de agua y suciedad con almidón”.
Como se recomienda, asegúrate también de elegir el tamaño de olla adecuado para que la pasta se cocine de manera uniforme.
5. Agregar sal y pensarlo ayudará a que el agua hierva más rápido
La sal juega un papel importante en el agua de la pasta, pero no cuando se trata de calentarla. (Las impurezas cambian el punto de ebullición del agua, pero la cantidad de sal que agregas al agua de la pasta no hace una diferencia significativa). En su lugar, agrega sal para permitir que la pasta absorba su sabor.
“Si cocinas sin suficiente sal, la pasta puede quedar un poco blanda”, advierte de Marchi, cuyo plato en NHC Murano Villa son los spaghetti alle vongole. Proveniente de la región costera de Venecia, el plato de mariscos es vongole (generalmente una combinación de almejas, ajo, vino blanco y hojuelas de chile), espárragos de mar y ralladura de limón.
6. Escurrir la pasta hasta que esté completamente seca.
Hay una razón por la que el agua salada para pasta es tan apreciada. No solo contiene una deliciosa salmuera para realzar las salsas, sino que también ayuda a que la salsa se adhiera a la pasta.
“Esto lo convierte en un plato más cohesivo y sabroso”, señala De Marchi. “Un poco de humedad puede ser de gran ayuda para que tu plato de pasta sea más sabroso”.
7. Usar pasta cocida bajo agua antes de servir.
Si quieres lastimarte con un rodillo hecho por nonna o una cuchara de madera, enjuaga la pasta cocida con agua limpia.
“Esto puede eliminar la capa de almidón que ayuda a que la salsa se adhiera a la pasta”, dice de Marchi. “El calor residual de la pasta ayuda a que la salsa se fusione con la pasta, creando un plato más sabroso y cohesivo. Piensa en ello como una hermosa unión: quieres que la salsa y la pasta se unan y vivan felices para siempre”. Primero una ducha fría.”
8. Precocinar láminas de lasaña
“No siempre es necesario precocinar las láminas de lasaña, especialmente si se utiliza una salsa con mucha humedad”, dice. “De hecho, muchas recetas de lasaña requieren que las láminas se utilicen directamente sin precocción, lo que les permite absorber el líquido de la salsa y cocinarse durante el proceso de cocción”.
Configúralo, olvídalo y deja que suceda la magia en el horno. La pasta no es algo que requiera mucha reflexión o estrés. Su sencilla preparación lo hace más disfrutable.