Un sacerdote católico y un activista local fueron asesinados en el sur de México

TAPACHULA, México (AP) – El sacerdote católico Marcelo Pérez, un acérrimo defensor de los pueblos indígenas y campesinos del sur de México, fue asesinado a tiros el domingo después de una celebración masiva, dijeron las autoridades.

Reconocido por su activismo dentro y fuera del país, Pérez acababa de terminar de celebrar un servicio en una iglesia de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, cuando se encontraba dentro de una camioneta cuando dos hombres lo armaron. Una moto le disparó, informa la Fiscalía General de la Nación.

Un religioso, indígena tsotsil, que tiene veinte años de sacerdocio y se caracteriza por mediar en conflictos sociales, indígenas, campesinos y políticos en los municipios, y ha provocado todo tipo de conflictos y actos violentos del crimen organizado. Nunca dudó en criticar la inacción de las autoridades.

El activismo de Pérez lo ha convertido en objeto de varias amenazas, por lo que desde 2015 se encuentra bajo medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) debido a la constante amenaza a su vida y privacidad.

Aunque fue trasladado a San Cristóbal de las Casas, donde teóricamente estaría más seguro, y “las salvaguardias… no fueron suficientes para evitar su asesinato”, denunció en un comunicado la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en México. describió el asesinato como “absolutamente inaceptable”.

Tanto Naciones Unidas, como la CIDH, la Conferencia Episcopal Mexicana y muchas organizaciones sociales mexicanas han exigido a las autoridades realizar una investigación integral y transparente.

La Iglesia católica pidió urgentemente a todos los niveles de gobierno que garanticen la seguridad de todos los sacerdotes que trabajan en zonas peligrosas.

“Siempre estuvo comprometido con la justicia y la paz entre los pueblos indígenas, especialmente en Simojovel y Pantelho (dos comunidades en las montañas de Chiapas) donde acompañó a las víctimas de la violencia interna”, dijo el cardenal Felipe Arizmendi.

En Pantelho, un municipio envuelto en un conflicto entre varios grupos armados, Pérez ha sido acusado por sus críticos de estar involucrado en la desaparición de casi dos docenas de personas en 2021. Pero la Iglesia católica siempre lo apoyó.

“Nunca se involucró en política partidista”, dijo el cardenal.

El gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, del partido gobernante Morena, condenó el asesinato. “Cooperaremos con todas las autoridades pertinentes para garantizar que su muerte no quede impune y que los perpetradores sean llevados ante la justicia”, anunció en la red social X.

El cardenal Arizmendi recordó que el asesinato mostró “el ambiente de violencia que se inició en Chiapas y en casi todo el país”.

“Hay desintegración social, que comienza con la destrucción de la familia y se ve reforzada por la impunidad con la que operan los grupos armados”, añadió. “Esto debería obligar a todos los creyentes, pero sobre todo al gobierno en el poder, a buscar formas de eliminar estos grupos armados que tanto daño están causando a la sociedad”.

Desde la rebelión zapatista de 1994 y una breve guerra con el gobierno para exigir más derechos para la población indígena, en el estado más pobre de México ha habido conflictos entre la población y miembros del ejército y por razones políticas se intensificaron los conflictos entre comunidades agrarias y religiosas. .

Pero desde hace casi dos años, la lista de problemas crece debido a una disputa territorial entre los carteles de Sinaloa y Jalisco por el control de todo tipo de contrabando: armas, drogas, rutas de migrantes, por lo que la violencia, los índices de intimidación y los desplazamientos han aumentado. muchos municipios.

Incluso cuando el expresidente Andrés Manuel López Obrador minimizó la situación Cientos de residentes huyeron para buscar refugio en Guatemala por el acoso de los cárteles.

La ministra del Interior, Rosa Icela Rodríguez -jefa del Departamento de Seguridad durante el gobierno de López Obrador-, dijo en una publicación en la red social X que “no quedará impune”.

Desde 2021, Pérez encabeza marchas y peregrinaciones por la paz en las que ha denunciado el aumento de la violencia en varias regiones de Chiapas y se ha pronunciado reiteradamente contra el crimen organizado.

La última fue a mediados de septiembre, cuando Aristegui dijo al portal Noticias que pidió a la presidenta Claudia Sheinbaum “tomar en serio la realidad de Chiapas”.

“Chiapas no es pacífica, Chiapas está sufriendo, Chiapas es una bomba de tiempo”, afirmó.

Con Pérez, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha documentado al menos siete asesinatos de activistas en México para 2024.

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