CIUDAD DE MÉXICO – La Corte Suprema de México rechazó el martes los intentos de bloquear la reforma judicial después de que no logró obtener los votos necesarios de los ministros para declararla inconstitucional.
Sólo siete de los 11 ministros del Tribunal Supremo apoyaron el proyecto de decisión, que invalidaba parte de la reforma y suspendía la elección de jueces por voto popular.
Como indicó el tribunal en su comunicado, aunque una mayoría de los siete ministros había decidido sobre la admisibilidad de la acción antirreforma, “el voto cualificado de ocho votos necesario para revocar las distintas disposiciones contenidas en el proyecto de resolución se debió “a la no -existencia, el pleno del Tribunal Constitucional Supremo rechazó los conceptos de nulidad”.
El Tribunal Supremo aclaró que esta decisión “no supone que se haya hecho declaración alguna” sobre la validez de la reforma.
Los partidos Movimiento Nacional, Revolucionario Institucional, Movimiento Ciudadano y Unión Democrática de Coahuila opositores a la reforma judicial, así como diputados del Congreso del Estado de Zacatacas Central, presentaron una demanda exigiendo la nulidad de la iniciativa.
El gobierno y el Congreso ahora tienen un camino claro para promulgar una reforma que proporcionaría una reforma del poder judicial sin precedentes en la historia reciente de México. La iniciativa desató una crisis con protestas y huelgas de miles de jueces y funcionarios judiciales antes de su implementación.
Mientras continuaba la sesión, miles de jueces, funcionarios judiciales, abogados y estudiantes se reunieron frente al tribunal superior en el centro de la capital mexicana. En medio de banderas mexicanas y coreando “el poder judicial está de pie, está de pie”, los manifestantes exigieron la derogación del rechazo de Sheinbaum a las reformas que amenazan el poder del Estado y la independencia de la democracia.
“Resistiremos para proteger el poder judicial de la federación, pero primero la constitucionalidad”, dijo el juez Getsemaní Hernández, añadiendo que si no se frena la reforma “se perderá la separación de poderes, se perderá la democracia”.
Hernández rechazó uno de los argumentos de que las amplias reformas judiciales impulsadas por Sheinbaum y los congresistas progubernamentales fueron apoyadas en las últimas elecciones presidenciales de junio, señalando que “la gente no está consciente de la reforma, no lo sabe”. “Se están aprovechando del desconocimiento y la ignorancia de la gente”, añadió.
Entre la multitud vestida con togas negras y ondeando banderas mexicanas se encontraba el estudiante de Derecho René Hernández, de 31 años, quien calificó el juicio de “histórico para el país” y justificó su participación en la protesta insistiendo en que “nosotros”. “Al defender la democracia, defendemos nuestra soberanía y defendemos nuestros ideales”.
La dudosa reforma fue impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien pasó años luchando contra la corte y algunos jueces que apoyaron algunas de sus reformas, y desde entonces, el gobierno de su sucesora, Claudia Sheinbaum, ha tenido apoyo. asumió el cargo el mes pasado.
El proyecto de sentencia elaborado por el ministro Juan Luis González Alcántara propone cancelar la destitución masiva de jueces y magistrados antes de la renovación de jueces y magistrados por voto popular en junio de 2025 y 2027. Este es uno de los puntos principales. Sobre la reforma que el Congreso aprobó a mediados de septiembre con mayoría oficialista.
La propuesta retenía únicamente la elección popular de los ministros del Tribunal Supremo, del Tribunal Disciplinario y de la Sala Suprema del Tribunal Electoral, las medidas de austeridad, la destrucción del poder judicial y la creación del poder judicial. órgano rector.
En una batalla con la corte, Sheinbaum dijo el lunes que no estaba preparado para negociar “lo que el pueblo ha decidido y ya es parte de la Constitución” y que los ministros “no pueden anular el voto popular”. El presidente anunció que tiene un “plan” si se revoca parte de la reforma, pero no ofreció detalles.
En esa misma línea, la mayoría gobernante en el Congreso aprobó la semana pasada una reforma para proteger los cambios a la Carta Magna y evitar que los cambios sean bloqueados en los tribunales.
La audiencia de la Corte Suprema se produce menos de una semana después de que ocho ministros, incluida su presidenta, Norma Piña, presentaran sus renuncias en el Senado. Entrará en vigor en agosto de 2025, tras la elección de nuevos miembros del organismo.
Los ministros decidieron dimitir en consonancia con una reforma que exigiría que los jueces que no se presenten a las elecciones de mitad de período del próximo año eviten perder sus privilegios laborales.
La decisión no fue respaldada por sus colegas Yasmín Esquivel, Lenia Batres y Ortiz, quienes permanecerán en sus cargos.
Esquivel, Ortiz y Batres, supuestamente cercanos al gobierno, anunciaron su participación en las elecciones judiciales hace unas semanas.
La reforma judicial ha sido criticada por expertos y por los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, quienes han argumentado que los cambios amenazan la independencia del poder judicial y afectan al poder ejecutivo de controles y contrapesos de México.
Los críticos de la reforma argumentan que la elección popular de jueces llenará los tribunales con personas con vínculos con el partido gobernante y menos experiencia, abriendo el camino para que políticos y criminales influyan en las decisiones judiciales.
Pero López Obrador y Sheinbaum han defendido la reforma, diciendo que ayudaría a limpiar el poder judicial y fortalecer la “verdadera democracia” en México, permitiendo al pueblo elegir a funcionarios públicos.